La progresiva mejora de la eficiencia de los electrodomésticos, sistemas de iluminación, etc. hizo conveniente incluir nuevas categorías en la parte más alta de la escala, y se fueron añadiendo A+, A++, A+++. Iba a llegar un momento en que tanto signo + sería muy confuso:
A+++++++++++++++…
Además, algunos informes de percepción revelan que los usuarios no acaban de entender bien esta simbología y que motiva menos la compra que la escala A-G simple. Además, la nueva normativa también modifica el cálculo de la eficiencia por lo que no habrá una relación directa entre las etiquetas antiguas y las nuevas.
Por tanto, a partir de marzo los aparatos más eficientes, que antes pertenecían a la clase A+++, quedarán asignados a la clase B o C. La clase A, la más eficiente, quedará vacía inicialmente y así habrá espacio para futuras mejoras.